Te olvido sin odiarte,
sin amarte, quisiera,
rompiendo mis deseos
y aplastando mis anhelos.
Me alejo sollozando
de tu vida, mi cielo,
por un risco, caminando,
hacia un mar de desvelo.
Sin dañarte me pierdo
y en desconocida me convierto.
¡Ay amor! Muero lento,
y mi amor más despacio.
No fui más que un sueño
que al amanecer se desvanece,
no soy más que humo
que con el viento se esfuma.