Respuesta rápida en mi boca pierde
ante el embate atroz de Pamela,
que reclama la causa que la cela:
¿Quién nuestro tiempo muerde?
Dice: Muere el trato unidamente,
abres callada distancia, y la endulzada
charla abierta, dejas en picada,
por un substituto extraño de repente.
Pensé en responderle a corazón abierto,
seguro por atajar su error fluyendo,
que a una intención de novio estoy dispuesto,
preparar todo a sorprendente evento.
Es que trabajé muchas noches para ello,
por eso no quise delatarme con palabra,
para proponer una cena en lugar bello,
y su aceptación a matrimonio me abra.
Compré velas, vino, pétalos de rosa para los caminos,
conseguí música en vivo, luces y comida de lujo,
elegí la sortija de varios diamantes de los genuinos.
Y una noche, serena respuesta de mi boca expresa,
ante el asombro inusitado de Pamela ya dispuesta:
¡Perdón; nuestro tiempo usé para esta sorpresa!;
¡Perdón; ¡mi trato callé, para decirte mi propuesta!
Isaías Glez.