Estás bajo sombra del árbol de casa
y prestas sonrisas, diamantes del huerto,
sonaja sonora de soles pertrechos.
Cantando descubres, candor y hermosura;
tu canto es amante del aire y sus besos.
Aplacas silencios, compones arpegios.
¿Por qué cuando pides un poco de paz
te quitan las ganas, te mancha el veneno
de fieras humanas pisándote anhelos?
Salobre el destino, el odio recibes,
contar con amores auxilia tus sueños,
fecundan tu gracia los dones del verbo.
Empuñas palabras con nuevos jardines,
pues cierran los daños afanes de acero
con parques de vida corriendo los velos.