Juega y ríe,
ríe y juega.
Quédate ausente de los problemas
por mucho tiempo.
Que las alas de los pájaros te abaniquen,
que el sol acaricie tu cuerpo,
que los árboles sean tu fuerte y
una rama cortada, tu espada.
Quiero verte reír
por mucho tiempo.
Que no te interesen las noticias ni
el precio del dólar.
Que tu única preocupación,
sea el postre.
Que la compañía de tu gato
te baste para formar equipo de juegos
y que te contagie su ternura.
Ojalá que cuando pases la frontera de la infancia
recuerdes que fuiste un niño feliz.