La vi y mi mundo se paró por un segundo.
No sé qué tiene, pero eso que tiene bastó para volverme loco.
Nunca me creyó.
No supimos amarnos.
Tal vez era el tiempo y la prisa. Éramos un desorden olímpico y mundial y, sin embargo, en medio de aquel relajo todo estaba allí aguardándonos.
Fue mi todo y mi nada, mi verano y mi invierno, mi paz y mi tormenta, mi día y mi noche.
«Tal vez» todo fue un sueño.