Soy frío como el hielo y soy fuego cuando me vuelvo loco. No me gusta el gentío, las fiestas, los bares ni dónde pueda haber muchedumbre.
Y aunque no lo parezca soy un bendito pero cabreado podría cometer un asesinato.
Soy también un cielo, un ángel bondadoso totalmente altruista odio el dinero, soy realmente contradictorio para los hipócritas que no conocen que es ser dueño de sus propios sentimientos.
El otro día perdí la razón en un instante y me puse a reñir con el viento. Más tarde tropecé a mitad camino de mi recorrido, fue tan fuerte el golpe contra la realidad del suelo que llorando de dolor me derroté a mi mismo. No te he escrito, pero en ti he pensado. No hemos hablado pero cuánto te he extrañado. Supongo que siempre habrá tiempo para decirte te quiero.
Senil mi espíritu ha quedado, mi corazón esta tarde ha latido muy despacio, me quedé sin fuerzas para decirte algo, pero ya sabes que me gusta demasiado saborear el silencio amargo.No me digas porque pero me duele la vida,
la Poesía me hiere cuando no viene a mi orilla. Hoy es martes mañana será miércoles. No, no quiero estar con nadie. A veces quisiera tener dos cuerpos uno el que tengo, otro, el que te entregué anoche en el trigal. Y aunque hoy la nieve está helando mis pies, aún así, me gustaría comer esos tus labios que saben a romero y miel. La verdad es que no puedo asesinarte,
echarte de mis adentros, estas incrustada entre mis huesos alma y piel. Así que olvida todo que he dicho, no sé ni lo que digo, quédate esta noche conmigo.
Manuel Lorente
Seudónimo
Mael Lorens
Reservado el derecho de autor
Enero 2023