Extraño ese jardín de rosas
y frutas del campo, ese sancocho
de gallina y guisado con plátano
asado y por las noches esa suave
brisa que siempre me inspirado
el canto del gallo, que lo despierta
para ordeñar el ganado y gustar
de un buen queso con una tortilla
de yuca y café tostado que bonito
se pasa entre río fruta fresca y ese
rosal que me tiene facinado.