Apaga el sol y la luz
y cierra bien la puerta.
Ven desnuda al lecho
a ser agua de estrellas.
Ven a sudar mañanas
en noches famélicas.
La sed que tú calmas
es fuego que centellea.
No rompas el silencio,
quiero tu boca y lengua.
Tu piel que sabe a dia
y el fondo de tu tierra.
Encierra tus miradas,
que aquí no hay respuesta.
Sólo horas que agonizan
y preguntas que no vuelan.