Blandiendo sereno con tus manos
la espada blanca desentraña el tiempo
dan las horas, minutos y segundos
Les falta el de los ancianos aliento
en la lúcida estancia del lamento
como un presagio oculto de recuerdos
Petrificados, lejos e invisibles
de párpados cerrados al otoño
se desvanece desde tu silencio
Relámpago que priva de posibles
inefable belleza del retoño
espera malherida por tu espacio.