Ahora que no estoy en la cima,
disfruto del viento latiendo en mi rostro,
Ahora que no estoy tendido en el piso,
Trazo los surcos donde germinan mis versos
Ahora que no soy objeto ni materia
presiento la piel que viste mis huesos
Ahora que no soy necedad y ansias,
ingiero el amor que me entregan las flores.
Transcurre la luz sin provocar los incendios,
sin amontonar los recuerdos, sin cerrarme los ojos,
como evaporando el rocío con los sueños infantes,
o contemplando las aves en su vuelo infinito
Ahora que no soy y no estoy,
escucho los ecos de mi alma en los ríos,
tránsito en sus ondas para bañarme en sosiego,
renazco en las nubes hasta convertirme en milagro.
Ahora que no estoy y no soy,
alcanzo la altura que me regalan los sueños,
reemplazo la noche con el alba mañana,
para comprender que cuando llegue la muerte,
será el amanecer del primer día.