Me siento carcelera
de mis esperanzas,
mi corazón se acelera,
lleno de añoranzas.
Palpita a lo loco,
tan sólo soñando,
y ya eso no es poco,
¿estoy delirando?.
Puse cerraduras,
pero no tiene caso...
¿es que esa armadura
no es más que un fracaso?.
Mis esperanzas, mis sueños,
escapan de los barrotes
rígidos e imaginarios,
que le imponen las razones.
En el corazón no se manda,
solo sientes el encanto
de abandonarte en la danza,
de su mágico vaivén.
No hay carcelero que valga,
que encadene lo que siento,
lo que brota de mi alma...,
también de mis pensamientos.
maria_dg