Las noches sin ti.
Sin este dolor inmenso
que me carcome el pecho
cada vez que me estremece tu reflejo
como un lobo al acecho.
Corrompiendo las barreras
de regresar a tu oscúra vereda
que se encuentra en mi isla desierta
y me vuelve la mente una tormenta.
Tormenta y lluvia que me inunda
el alma y la vida misma.
Naufragio que rompe mis velas
en medio del mar y la ruina.
Este amor que ciega mi vista
y me condena a la sutil amargura
de volverme triste y solitaria
en estas aguas saladas y frias.
Mis noches ahora son tragicas
desde que tu sombra no me alumbra
a través de la suave brisa
y la calidez de tu risa.