Porque me lo dices relaciono
el frío páramo con la soledad
ceñido a un instinto obvio
de tan solo molestar,
y de este informe no sé nada
ya después que se ha quemado
insoportable mi verdad
detrás de tanto andado
con el alma supurando,
resquebrajando esta carcasa
sin la lengua doblegar
ante quien sea que delante
se plante sin más nada
desdentado... Entonces ya será
el desarme general
una luna en mis arterias
atravesando aquí esta calma
con un haz que es tan perfecto
al fiel derrumbe en mis adentros
que me quedo por un instante
yo pensando muy fugaz.
Es cierta gloria
camuflada en tu mirada
para que llegue para todos
el fruto codiciado
y la letra piel traspase
conquistando estas memorias
una lluvia sobre el charco
deseoso de un transporte
a un lugar más elevado.
Del cementerio de mis nervios me repongo
aspirando el humo tóxico bajo esta nube
de terrores que nocturnos me devoran
y cada verso desemboca en tu oasis
transitorio hacia el desorden allí entre copas
sobornando a tus razones...
Todo el odio a lo que importa
en tus brazos se transforma
en lo que oyes mientras sobra
con un poco de corazón
para hacerlo que te llegue
a tocar hondo
un sentimiento que es de pena
catastrófico
por cada situación que gris me aborda
cuando estoy absorto en códigos.
Para siempre me quedaré
retratado este momento pasajero
escupiendo aquí esta hiel,
tan frío encierro que me hiere
y de ti ya no más sabré
mientras llueva esta pena
enredada en los papeles.
Es la época de siembra
que se pierde entre las redes
de placeres absorbentes
para naufragar en su destello
con estrépito al caer.