Cuando el alma de un poeta
besa en los labios a la soledad,
vestida de gitana baja la musa,
que al repique de sus tacones,
se anuncia.
El pecho escucha, se exalta y gira...
¡La mira y se enamora!
Bajan los párpados las cortinas,
y perdidas tras sus pasos,
las pupilas del alma observando quedan.
Es un ritmo enloquecedor,
que le atrapa y lleva.
El corazón palpita... ¡Grita!
La musa lo mira y sonríe.
Luego, sacude su atuendo,
con un repicar más fuerte...
Y de un súbito, rompe al llanto emocionada.
Al olor de sus lágrimas,
suspira el poeta...
¡Huelen a tierra mojada!
Abraza entonces al alma,
la cobija del frío de la soledad...
Y se van desnudando los versos
que descifrar, solo ella sabe.
Pregúntenle de eso, a mi alma...
¡Ni yo misma sé explicarles!
Ay, de mí... Mis ancestros...
¡¿Qué habrán inyectado en mi sangre?!
Autora: EmitzaSR
De Cuba.