La ventisca de mis manos,
Deshoja, tu otoñal cuerpo.
Arropando todo tu aliento,
Que flirtea, dulce sentimiento,
Retozando, en cada madriguera,
De tu boca.
Como el viento, cuando visita el mar, es ola.
Mi cuerpo roza tu piel.
Y ya no estás, sola.
Mi naufrago amor, lo rescata tu corazón.
Adosando, mi carmesí, en tus venas.