Una hoja en blanco,
un amanecer sin luz, unos ojos que no ven.
Un rostro apagado,
una religión sin Jesús, una estación sin tren.
Una mente que no imagina,
un corazón que no late, un jardín sin flores.
Una montaña sin cima,
un romance sin amante, un arcoíris sin colores.
Un cuerpo sin extremidades,
un gato sin bigotes, un planeta sin huellas.
Un océano sin mares,
Una sierra sin montes, un universo sin estrellas.
Un alma que no siente,
que no expresa, que no llora, que no vive...
Un ser que es un ente
que no conversa, que no derrama sangre, que no escribe...
Y es que una hoja en blanco
es la viudez de un alma
cuyo cuerpo se encuentra bajo tierra
allá en el cementerio que con su tristeza
fue construido.