Amanece,
huellas de araucaria y luna,
en el desierto verde,
una gota se desliza,
cae de hojas a su refugio
de agua amarrada a la tierra,
A veces, el invierno desviste,
tu cuerpo hecho de lluvia.
El otoño parece tener alas,
regresa y juega con el tiempo
caen horas olvidadas.
Hay vivencias que quieres olvidar,
¿Sabes olvidar?
Quizás tu espíritu construya
puentes para llegar a las orillas,
cruzar las grietas que deja el amor,
el tiempo es una posibilidad de olvido,
tu alma se desprende del dolor,
como una hoja se desprende del agua.
Tu cuerpo, ama tu cuerpo,
tiene la ausencia de un cuerpo,
tu cuerpo no sabe de olvido.
¿Para qué esperar el olvido?
El largo invierno termina,
presencia distinta,
las hojas de otoño vuelan.
El amor no tiene olvido,
buscas la ausencia,
Juega con el olvido.
¿Para qué esperar el olvido?