No me llames señorita,
no me llames poetisa
que soy mujer y poeta,
soy señora y soy artista.
No te creas que soy tonta
porque aún cultivo la risa,
porque todavía creo
en la paz y en la sonrisa,
porque aún confío en los hombres
y en la amistad compartida
sin intereses ni sexo,
mano a mano y sin mentiras,
porque no tengo complejos,
porque no quiero caricias
como se acaricia a un gato,
a un perrito o a una niña
que yo no soy un trofeo
para añadir a tu lista,
a esa pared en que cuelgas
bragas y fotografías,
pañuelos llenos de sueños
de lágrimas y mentiras,
de cornadas por la espalda,
de llantos y pesadillas.
Vete con ojo, machito
que sé cortar por lo sano
que puedo arrancar de un tajo
eso de que vas fardando
ese piltrafo mugriento
y que siempre está enroscado
ensuciando los calzones
y meando los zapatos
cuando borracho perdido
te alivias entre dos coches
¡vete con ojo machito
Que tu a mí no me conoces!
SHEMIRRAMIS