I
Tienes caballos, casas y buena comida,
Una calle favorita, vecinos y una vida.
Un trabajo seguro y una herida
Porque tu identidad está perdida.
II
La ayuda que ofrecías ya no es servicio,
Ya no es voluntaria; ahora es sacrificio;
ya no disfrutas ni tu propio oficio,
Por la presión que te ejerce tu jefe egipcio.
III
Envié a Moisés para darte libertad,
Mas tú lo rechazaste con miedo lo incierto;
Por creer que Egipto te da seguridad
Te negaste a iniciar una vida en el desierto.
IV
Dejaste de ser el pueblo de Israel
Para ser el esclavo del faraón,
Y en vez de decir: Emmanuel1
Inclinaste a Egipto tu corazón.
V
De todos modos yo quise liberarte
Y mostré mi poder ante todo ojo,
Para que supieras que eres pueblo aparte
te hice andar a través del Mar Rojo.
VI
Pero desechaste tu propia identidad
Y Preferiste pescados, melones, puerros y ajos,2
Insististe en rechazar tu libertad
Por no querer el maná y ver tus ropas como andrajos.
VII
Dijiste: ahora nuestra alma se seca,
Pues en Egipto nos iba mejor,
Allá teníamos carne fresca
y aquí sólo Maná nos da el Señor.
VIII
Por tanto, he aquí, yo te di voces,
Y Te dije confía y no tengas duda;
Los egipcios son hombres, y no dioses,
No vayas a ellos por ayuda.
IX
Tu fortaleza está en la quietud,
Y en la firmeza de tu confianza;
En Egipto solo hay esclavitud,
Miedo y total desesperanza.
X
Te quiero libre, mi hijo amado;
Libre de opresión y libre de pecado.
En Egipto siempre estarás esclavizado,
No mires atrás y pon tu mano en el arado.
Nota
1 Manuel es escrito originalmente en hebreo עִמָּנוּאֵל (ʻImmānûʼēl), que significa \"Dios (está) con nosotros\"
2 ¡Cómo nos viene a la memoria el pescado que comíamos gratis en Egipto! Y también comíamos pepinos, melones, puerros, cebollas y ajos. Números capítulo 11 verso 5