Somos hijos del sol y de la luna.
Somos tierra arropada por el cosmos.
Somos vida conexa con los otros,
como bosques bañados con la bruma.
Somos hijos del lago y de las tundras.
Somos valles y estepas con arroyos.
Somos vida viviendo con vosotros,
como el agua que fluye clara y pura.
Somos huesos y espíritu con carne.
Somos todos tus hijos, bella tierra,
como son los arroyos y montañas.
Somos seres viviendo en esta casa,
cuyas vidas jamás serán eternas…
¡Demos fin a los hechos más cobardes!