Anne Black

Sueño absurdo

Hace tiempo ha dejado de pensar en ti y sin embargo un día cualquiera alguien te nombro, alguien pregunto por ti. Pues no supo qué decir, aunque basto para que nuevamente te aparecieras en su memoria, para recordarte con cariño y ternura, con la sonrisa de oreja a oreja que se presentaba en cada ocasión, en cada noche cuando te veía venir o escuchaba sonar la puerta. Sabía que eras tú y entonces ella era feliz, dichosa con tu visita, afortunada con tus caricias, victoriosa con tus besos.

El ciclo fue sellado aquella tarde en el parque, no hubo realmente palabras de despedidas, pero en su interior estaba segura que ahí moría el amor que nació tan joven y especial. En silencio ella estaba dándote el adiós, agradecida por el tiempo dedicado y esa sensación de tranquilidad, y ese sentir puro que retorno en un suspiro años de verdadero regocijo, la pasión despertada en la sinceridad que los unía.

En el presente que les toca vivir separados apareces vagamente por su cabeza, convirtiéndose en mas a menudo y generando nostalgia, lamentos absurdos de lo que fue y no pudo ser, interrogándole al Señor sobre tu vida con la esperanza firme de que algún día recibirá respuesta, el deseo de volverte a encontrar. Pues mi querido amigo, te has convertido en una estrella: inalcanzable pero que puede apreciar al cerrar los ojos, tu rostro y enamorarse aún mas.

Hace tiempo a dejado de pensar en ti, pero el sonido de tu nombre salidas de bocas ajenas ha causado que quiera buscarte otra vez. Saber si alguna vez tú también piensas en ella, si te preguntas qué será de sus días, si sus sentimientos encontraron dueño o si aún te pertenecen, pues la oportunidad que se presento alguna vez no pudo concretar un noviazgo y es posible que los temores y la desconfianza fueron los responsables del alejamiento, de caminos distintos con parejas nuevas y una familia construida. Y a pesar de aquello ten por seguro que en ella, muy adentro, se encuentra el deseo de volverte a ver libre sin ataduras que puedan impedir el amor verdadero y fuerte que compartieron. Disfrutando del uno y el otro, carcajadas a todo dar, dulzura y el abrazo protector que la hacía sonreír, complaciendo el deseo de estar juntos en la soledad y compañía mutua.

 

Ten la certeza de que ella sueña contigo absurdamente.