Syol *

CULPABLES

 

 

Una sortija de miel,
flota en la frente austera,
sobre su nácar praderas,
arqueó en la ceja el pincel,
a pie de cuello le asoma,
temprano pecho de hinojos,
mecida en pétalos rojos,
de tulipanes la boca.
 
Unge su paso el viento,
por las aceras desiertas,
y las gardenias despiertas,
llevan de aroma su aliento,
bajo el farol indiscreto,
yelmo de acero bendito,
entre rumores malditos,
avanza en torso resuelto.
 
Los ojos trepan el muro,
que corre hasta la ventana,
de lumbre luna es la cama,
viril el rostro a lo oscuro,
un beso funde el abrazo,
de aquel encuentro prohibido,
que el vulgo bien no ha podido,
a luces darle un balazo.
                ♤
Como claveles baldíos,
buscando en sed el torrente,
desnudos ya frente a frente,
labran sensual desafío,
manos de vasto riego,
desandan ladera y braseros,
y allá por torsos de acero,
crepitan leños de fuego,
 
             ♤
En el umbral de las bocas,
danza la fruta prohibida,
que levitando en la huida,
a libre instante zozobra,
extienden vuelo los brazos,
hasta lograr la cintura,
húmeda lengua deambula,
la espalda en líbido trazo.
 
 
Cimbra a redil de paredes,
amante trueno a desquite,
el grito extinto repite,
escala el miembro que agrede,
rugen arcanos placeres,
tambores de fantasías,
la frente al pecho extasía,
rastro de selva en las sienes.
 
En un carrusel del beso,
sobre las llamas del lecho,
gira la sombra al techo,
mordiendo anhelos de lienzo,
erguida tiende aquel cerco,
sobre los hombros de cielo,
donde rigores al suelo,
hurgan los fueros del eco.
 
Sobre el vaivén un deshielo,
corre tenaz por el pecho,
olivos deja deshechos,
el vendaval de los dedos,
es ya la piel densa lava,
allá quemando en descenso,
lame el vigor más intenso,
que a necio rito resbala.
 
A monte de piernas los labios,
frotan su huella de grana,
a voces hierven las ganas,
que fijo adagio ha sellado,
fundidos ya en estampida,
de cien puñales perlados,
sangra el vaivén derramado,
sangra la cima y la herida.
 
La noche muere en los vidrios,
que rojos gritan el alba,
y ya caduca la calma,
rendida invita al suicidio,
amor que evades la espina,
que unión de efebos condena,
tu beso es fuga en la pena,
que a hiel de escarnios mutila.