La luna moldeo tu sonrisa de nácar, en tus ojos vive el paraíso, allí habitan mariposas y al mundo exterior entregas tu belleza.
Bella, no me canso de tus besos que caen como relampagos al río.
Se desembocó la ternura cuando nacieron tus manos del trigo y el agua.
Tus caderas son como dos iglesias dónde viven mis deseos.
Cálida y abrumadora belleza que se ovilla en las flores dormidas que en mi camino se cruzó enredandome con sus hilos.
Al cielo voy gritándole tu nombre.
¡Bella! Voy cantando sobre bosques tenebrosos ¡bella! Amarte más no puedo.
¡Bella¡ Sigue latiendo el pueblo de mi corazón.
Te escabulles, me pueblas, me amas y se saltan canarios a mi pecho, bella, bella mía, al mundo voy cantandole que eres bella.