Tallo de agua blanca
tu silueta desnuda.
Mis besos te inundan
cada mañana.
Pareciera esconderse
en ti un cisne herido,
y abrirse en sigilo
una rosa en tu frente.
Cada vez que te aferro
desprendes el aroma
de bosques sin forma
y nuevos senderos.
Mi pecho en ti despierta
un abismo de ansiedades,
como atardecer que arde
con luz somnolienta.
Ah, mi sed en ti levanta
una espada de tormentos
y clava su filo adentro
de tu dócil alma.
No quiero abandonar
destino tan dulce,
que por los corazones sube
y en el infinito ahonda.
Si con pesares he de vivir
sin ti a mi lado,
moriremos desangrados
en una noche sinfín.