Te amo…
siempre te amo,
cuando me sorprende algún suspiro improvisado…
siento que te amo,
cuando pienso en los días de paz…tú a mi lado.
Como no saber que fue amor…si me sentí feliz solo contigo,
si lo que experimentamos fueron instantes de placidez y sereno,
si lo que vivimos se nos hizo inmortal e imperecedero.
Te amo así…a lo espontaneo…a lo natural…
de una manera tan simple y normal…
con la sencillez de la originalidad
y de la forma más elocuente y sincera…
de la manera más sublime y noble…
así de modo cordial y agraciado…
como ama el Divino Creador todo lo creado,
como amo yo cada verso que has iluminado,
como amo cada poema que has inspirado.
Te amo así…
con la sensibilidad del páramo ligero…que acaricia los campos de trigo,
y como la tempestad que lo inunda todo…
de una humedad refrescante y adictiva,
te amo con el impulso y la excitación de un volcán ardiendo y sin cordura…
ansioso de explotar de delirio.
Así te amo desde la quietud de mi alma …
y desde el frenesí incontenible de mis latidos,
te amo por cada palpitar de mi corazón herido…
por cada vez que inhalo tu respiro.
Te amo en cada sueño…
y en las noches de insomnio que te has perdido,
y cuando despierto te amo más…al percibir tu aroma…
que me envuelve con su misterioso alivio,
y en las tardes de soledad…cuando me abrazo a la nostalgia…
pienso en ti…ahí me veo abstraído…pero sé que vivo.
Te amo como el bohemio ama el vino,
como el niño idolatra su balón…
su fiel compañero de diversión,
con la algarabía incontenible…de la primera ilusión,
con el placer que embarga la pasión,
como la golondrina ama el verano que se ha ido.
Te amo así…
con la exageración de un fanático empedernido,
como la flor ama el viento que menea su esplendente colorido.
Te amo así…
siempre te amo,
con la fe intacta de que algún momento tú y yo crucemos por el mismo camino,
con la ingenua emoción de que tú y yo coincidamos por mera casualidad en ese exacto destino.
Te amo así…incalculable…indefinible…
humilde y fiel…así…como si fuese tu mejor amigo.