Madre tierra
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¡Oh!, tierra, madre tierra, ¡Dios te guarde!
soportas como nadie la agonía,
desdén, angustia, pena y apatía
en las manos manchadas del cobarde.
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La sangre de mis venas corre y arde
por tu extensa y asaz anatomía.
¡Oh!, tierra eres alegre compañía
incluso en la penumbra de la tarde.
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Me embarga la emoción cuando te miro
y con esa emoción espero verte
mañana, si la noche no me entierra.
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Hay un deseo por el cual suspiro,
cuando el sol se levante y me despierte
recíbeme en tus brazos, madre tierra.
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Fotografía y poema : Ramón Bonachí.