I
Moisés, Moisés, Moisés
Quita hoy el calzado de tus pies
Porque el lugar que pisas esta vez
Tierra santa y bendita es.
II
Moisés, escucha con reverencia
Si quieres entrar en mi santa presencia
Quítate el calzado de la impaciencia
Y podrás sentir toda mi esencia.
III
Quítate el calzado de la desconfianza,
Confía en ti y con persistencia avanza
Cuando estés cansado en mi descansa
Y solo pon en mí tu esperanza.
IV
Quítate el calzado del rencor
Pues corrompe todo tu interior.
Mírame de frente y sin temor
Y calza tus pies con el amor.
V
Quítate el cazado del pecado
Y me tendrás siempre a tu lado
Ya que has puesto tu mano en el arado
Tienes tu galardón asegurado.
VI
Quítate el calzado del enojo
Y ya no digas más ojo por ojo
Tú eres mi siervo hoy yo te escojo
Para hacerte cruzar en seco el mar rojo.
VII
Quítate el absurdo calzado del miedo
Y dí a ti mismo en Dios todo lo puedo
Verás que desde hoy contigo me quedo
Y te muestro lo que hago con un dedo.
VIII
Quítate el calzado de la negligencia
Y ya no vivirás en decadencia
Y si me buscas con insistencia
Te aseguro que entrarás en mi presencia
IX
Obra con misericordia y justicia
Pues así es como la paz inicia.
Evita a toda costa la avaricia
Y yo te daré de todo, la primicia
X
Si quieres morar en la presencia divina
Acepta sin reprochar mi disciplina,
Toda la escritura que te di examina
Y en absoluta santidad camina.
Nota
• No te acerques acá; quita el calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás tierra santa es. Éxodo 3:5
• Al quitarnos el calzado cuando entramos en una relación de amistad, romántica, laboral o de cualquier índole estamos dejando atrás los prejuicios (la mugre y la suciedad) que hemos adquirido con el caminar por los distintos senderos.