Para avanzar en la vida un poco
entro al caso de lo que se daba,
me convierto en roca
por cada bocanada rancia de este estupor,
y el hielo en mi ventana
me recuerda aún quien soy
evadido en esta charla
de un dolor que es ya crónico,
pesado, y quién me salva
de otro día, otra semana
sumergido en mis palabras
sin rastro de ti,
ni tan sólo tu fragancia
en esta noche que me apresa entre sus garras
para ya no más dejarme
tranquilamente solo andando por la calle
sintiendo eslabones como encajan al juntarnos
en la distancia de un pensamiento simultáneo
cada uno en el otro viendo a su par.