ESTÍO
Mi sangre fluye en todas las esquinas
en las ochavas llenas de poesía
en el inicio de la tarde de enero
en la brisa que hace firuletes.
Por eso muero un poco en marzo
y se van conmigo los florales del estío.
El sur vanidoso no entrega el paisaje
a ninguna estación prepotente
se visten sus montañas de nieve
y en las cumbres quedan ancladas las promesas.
Mi sangre fluye en verano
y en invierno contemplo,
en los muelles de la bruma
partidas sin poder impedirlas.
sobre los verdes de diez infancias duermo
sin más abrigo que el cielo
y ese azul de noche que no entrego
esperando que llegue diciembre.