Cuántas veces habré visitado tu cuerpo,
derruido y abandonado
como si fuera un pueblo de posguerra,
con tus curvas bombardeadas
y con las luciérnagas de tu mesita
hechas añicos por el miedo.
Cuántas veces me habré empapado
del rocío de tus pupilas,
del otoño que el alba dejaba en su tronco,
con la certeza intermitente
de tus pulsaciones,
con el retal de un gemido
descosido sin doctrinas
ni atribuciones.
Cuántas veces habremos sido
un lienzo en blanco para Keith Haring,
un copo de nieve al nivel del mar,
un sendero de arena sin camino
en el Dakar.
Pero todo aquello se perdió en el laberinto,
y ahora somos un boceto de juventud,
un espejismo apátrida
de un pasado sin bandera.
Y sin embargo, me gustas más
con las trenzas plateadas
y con tu mano arrugada a la mía,
a pesar de la guillotina que trae consigo
el verdugo del tiempo.
A pesar, de que solo queda
olor a resina y salitre,
postales desvencijadas
y mascarillas por el suelo.
Del poemario Tr3inta y Cinco
+El poemario íntegro lo tenéis en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/victor-tardio-crespo/tr3inta-y-cinco/21092
+Si queréis ver los montajes de los poemas aquí: https://www.youtube.com/watch?v=fXnRw2CmWUU&list=PLGQ6iGgtL1cvUuFG0Xv8NDJhRnB-FDk_l&index=1