Sigo buscándote
en medio de la noche
y no te encuentro.
¿Dónde te escondes
y dónde están tus huellas,
que no las veo?
Llevo en la mano
la luz y la linterna
de los poetas.
Sigo las dudas
que surgen de la bruma
junto a las olas.
¿Dónde te metes
que, incluso la resaca,
no da razón?
Tengo una lágrima
que rueda por mi cara
y va a la playa.
Sigo en silencio
buscando tu sonrisa
tan seductora.
Porque tu risa,
tan dulce y cantarina,
me está llamando.
¿Dónde la guardas
y dónde están tus ojos,
mi lazarillo?
Rafael Sánchez Ortega ©
30/01/23