El intento que hiciste de olvidarte
de las noches de amor tan exaltado;
¡fracasó, ya que nadie ha prodigado
la ternura y calor que supe darte!
En mis brazos solía cobijarte
cual si fueras un lirio inmaculado;
y viviendo de amor embelesado,
¡respiraba tan solo para amarte!
Gran pasión derrochamos en tu lecho
que jamás mi figura va diluirse;
pues constantes palpitan en tu pecho
esos besos que pueden confundirse
con tu fuerte apetito, que en acecho,
siempre quiso,voraz, de fuego henchirse
Autor: Aníbal Rodríguez.