Para los hombres débiles
Existe una noción de salubridad
Pero no encumbran la vida
Ni detectan su manjar
Se grapan al primer montante
Pero con miedo, no hay libertad
Épica guerra, hostil y agravante
Y un amor profundo, aún por denostar
De penas, está lleno el olvido
Gracias a ello, se activa el sensor
Abriendo puertas nuevas al tejido
Que da forma y reconstruye la razón
Hombres necios luchan despavoridos
Amenazando al resto, y a su altar
Encumbrando brotes de algo perdido
Debilitando así, el bienestar