Una vez la Guerra le dijo al Amor:
“te tomaré por la fuerza”.
Y el Amor le contestó:
“antes yo te sanaré con mi bondad”.
Pero la Guerra ciega de ira clavó su puñal,
mientras Amor curaba su ceguera.
Cuando Amor yacía tendido en el piso
y lleno de dolor,
la Guerra sintió remordimiento por haber herido
a quien sólo intentaba sanarla
y entonces le perdonó la vida.
Desde entonces
la Guerra puede ver y sabe que para conquistar al Amor
tendría que matarlo
y el Amor, que ya fue herido, sabe que para sanarla
deberá sacrificarse.
Lucila De Melo(MMGA)
Uruguay