Antonio Jose Alcada

Incompreensible

Se escuchan en la distancia trompetas de artillería pesada, tratando de destruir objetivos enemigos. ¿Qué objetivos? ¿Serán casas, escuelas, oficinas? Pero, ¿qué amenaza son? Pero luego viene la caballería moderna con orugas y cañones de no sé cuántos milímetros para arrasar lo que no fue totalmente destruido. Quien sobrevive mira sin saber qué hacer. Lo mejor es realmente esconderlo. Pero luego avanza la infantería con armas acertadas, recordando las cacerías a los conejos, solo que son seres como nosotros los que huyen de una bala que no siempre se equivocan. Luego queda un silencio, con olor a pólvora, muerte y vacío. Un vacío que tardó años en construir una civilización y en días fue arrasado, donde se respiraba, escuchaba música, aprendía y vivía solo de causas comprensibles. El victorioso enciende un cigarrillo, pero ni siquiera tiene un Brandy para saborear la carnicería porque el mejor restaurante ha sido arrasado. ¿Qué hacer entonces? ¿Volver atrás? Tal vez incluso eso es lo que pretendía hacer. ¡Pero ya es demasiado tarde!