Víctor Tardío Crespo

La eterna juventud

Recuerdo

verte trenzar las tardes
pegado a una bolsa de pipas

(con los labios

calcinados por la sal),
echar un vistazo

a las nubes de nácar
archivándolas por su forma,
narrar tus sueños

y repasar de memoria

los de tus amigos.

Vivías en una auténtica fiesta,
tus semanas transcurrían
entre jornadas de vendimia
y puestas de fútbol y toalla,
entre el destilado de la ginebra
y el oleaje de la resaca.

No tenías dinero

y tampoco te hacía falta.

 

Ibas a los bares

cuando se desbordaba

el fin de semana,

y tu único puchero

era el mundo

en un platito de plástico.

 

Pero al llegar a casa

te dabas tanto asco:


tu pelo olía a tabaco,
tu ropa olía a tabaco,

y la chica que te gustaba

fumaba sin ti.

 

Era a otros

a los que pedía fuego.

Recuerdo

que te echabas en la cama

y soñabas con

colillas por el suelo.

 

Pero al día siguiente

volvías a la fuente,

bebías,

y la eterna juventud

se intuía en tus ojos.

 

 

Del poemario Tr3inta y Cinco

 

+El poemario íntegro lo tenéis en el siguiente enlace: https://lektu.com/l/victor-tardio-crespo/tr3inta-y-cinco/21092


+Si queréis ver los montajes de los poemas aquí: https://www.youtube.com/watch?v=fXnRw2CmWUU&list=PLGQ6iGgtL1cvUuFG0Xv8NDJhRnB-FDk_l&index=1