Farallón de papel
Yo que pensé que escribía
me dormí tan frustrado
sin un verso pronunciado,
me desperté ese día
entendí que ya no tenía,
más tinta para ahogarme,
yo no puedo soportarme
en esos días de lobreguez,
es un juego de ajedrez
el volver a enamorarme.
Toda gran historia de amor
tiene su última noche
que inicia con un broche
y siempre termina con dolor
la melancolía es el motor
que viene con las coplas
que el mar trae en sus olas
con el viento de un ciclón
chocando con el farallón
sobre papel de perlas.