Abbo

Tormenta acaecida

Qué me queda de tanta lluvia y tanta agua que cayeron por cada tarde que te pensé en el cristal de mi mente. Tormenta acaecida testigo de un desastre más grande del que pudiese ella provocar. No sé si ha sido cubierto de vaho o ya simplemente se ha roto el espejo por el cual me miraba, pues más reflejo no hay.

Si las nubes han traído los relámpagos con los que vi tus últimos flashes de luz, con el sol desapareciste. Luz que me lleno los ojos de verdad, luz que disipo tu borrosa figura en los cristales para desaparecer.

El calor de un rayo de sol golpeando el vidrio de una ventana aún humeda, y el reflejo de arcoiris en los arroyos de agua escapando del asfalto, ahí observé descender mi reflejo hacia una alcantarilla oscura. Sin rendición ni retorno