Buscando, buscando la felicidad perdida
y en mi afan por encontrarla,
cuenta no me daba que ella me seguía,
siempre me estuve preguntando;
quien será que sigue mis pasos,
será algún fantasma que gime en su agonía,
será una sombra negra, que acecha mi destino.
Nunca para atrás quise yo mirar,
dandome temor de lo que pudiera hallar,
sin darme cuenta que sobre mi caía,
la hermosa claridad del día,
con un sol con rayos de topacio,
con unas cielo con nubes escarchadas,
una tarde en completa armonía
y unas aves que en raudo vuelo venían
a posarase sobre las copas de los árboles.
La felicidad estuvo siempre al lado mío,
por ser tan necia nunca la veía,
por estar derramando tanto llanto,
se nublaron mis ojos, por un rato
ciega quedé por el desencanto,
perdiéndome las bellezas de la vida.
Felina