Varios años han pasado
Incontables idas y vueltas
Declaraciones, arrepentimientos y restos.
El problema son los restos.
Restos que quedan de los corazones rotos.
Sería fácil que no existan,
que ante el no terminante de ella simplemente el corazón se evaporara.
Pero la vida es rara y restos siempre quedan.
El problema no es que existan,
si fueran cenizas o vidrios rotos no importarían,
si así fuera, solo esquivarlos alcanzaría.
El problema es que renacen.
Uno los abandona, los esconde y les huye,
pero siempre vuelven.
Y, cuando vuelven, construyen otra vez lo perdido.
El ciclo continúa.
Los restos siempre volverán a ser restos,
sin importar la ilusión, las ganas o el amor.