Cuando te hayas ido, los atardeceres seguirán siendo los mismos. Seguirán volviendo las mañanas y las noches estrelladas. Los fríos inviernos te aguardarán para que los visites y los arboles marchitos te regalarán sus amarillentas hojas.
Cuando te hayas ido, las calles seguirán con las mismas tristezas y los bancos de las plazas seguirán contando las historias de amor que nunca fueron.
Cuando te hayas ido, recordaré que hubo una vez una historia de amor más fuerte que cualquier libro jamás pudo contar.