Cantos de una vieja historia
Que de repetirse, lo hará una y otra vez
Podría decir que perdí, pero no fué así
Podrás decir que jamás me rendí
Pero incluso eso lo intenté.
Y ahora bailamos encima al tablón
Entre dos colores que jamás se dejan de enfrentar
Cuidadosos del siguiente paso que vamos a dar
¡No vaya a ser que nos vayamos a tropezar!
Cómo cualquier comienzo
Como cualquier final
¿Cuando fué la última vez que nos tuvimos que enfrentar?
La última supera a la primera
Porqué siempre tenemos algo nuevo por dar y lo damos todo con tal de ganar.
Frente a frente como si el mundo fuera nuestro y con tanta libertad de a cualquier peón sacrificar.
Cada poco, nuevas piezas ocupan su lugar inicial, para hacer que nuestro juego nunca llegue a un final
A no ser, claro, que el jaque mate lo hagamos llegar.
¿Es divertido jugar?
Bailamos hasta el cansancio ¿por qué?
¿Acaso será nuestro orgullo?
¿Nos impide dar por acabada la intensa balada que nuestras almas aman bailar?
Tenemos mucho de que hablar
Porqué cada cuánto nos volvemos a encontrar
No importa si rivales o amantes
Si buscamos huir o revivir
Siempre tenemos disponible
Un juego más, para variar.
Pero no te vayas a confiar
Hay quiénes abandonan el juego al apenas empezar, pero contigo es de no acabar.
Ambos disfrutamos de un buen reto y nuestro capricho es superarlo sin importar cuánto vaya a tardar.
No será hasta darle un verdadero final
No hasta sentir que nuestra dulce victoria
La hayamos ganado sin a nuestras almas defraudar.
Hacemos de todo en cualquier juego
Cambiando las reglas a nuestro antojo
Solo para darle más sabor
Para quitarle lo monótono y hacer de cualquier cambio interesante.
Porqué con nadie podemos hacer lo que con el otro podemos, porqué sin trampas o con muchas no nos vamos a reclamar.
Hacemos de un juego mil juegos
Del baile una guerra
De las palabras paz
Al cruzar miradas no lo podemos evitar
Deseando volver a ganar o aceptando la derrota sin protestar.
Porqué nos divierte, nos encanta
Hacer de cada encuentro digno de ser el último, digno de disfrutar, digno de nosotros y digno de jugar.
Pero incluso así
¿Amamos tanto jugar?
¿Tan aburrida es la vida para volverlo a intentar?