Llegué tarde al café a la siesta al ventarrón apasionado de los árboles
llegué tarde al momento del ocaso al vuelo de la madrugada y al amor que me ha amado
He llegado tarde tantas veces que no me suma ni me resta una vez más.
No llegaré tarde a tu despedida ni a la puerta ni al ritual del café de mañana en la mañana