MASTICARSE UNO MISMO, Y ESCUPIRSE UN DÍA
calle arriba, alma adentro.
Y que nadie sepa que hay
una mujer detrás de todo,
provocando fenómenos,
que una contracción de nostalgias
te diga que sí,
que estás muerto, que pasaste por la vida
aquella vez,
y nunca más.
Luego, encontrar aquel señor
sentado en tu banco, en tu parque,
descuidadamente pisando
tu más verde recuerdo.
Hacer un comentario en silencio, muy tuyo,
pedirte un consejo,
(siempre hay un uno mismo
que puede ayudarte), o al menos
compartir el cigarro, masticarse contigo,
escupirse, calle abajo,
alma adentro.