Taciturno, cavilante,
el trapiche hacía arena
como el mar.
Las uvas resecas
se alejaban del vino
por olvidos del agua.
Se volvió fuego
la viña, desamorada
de la sequía y el sol.
Y pude verme dentro
de esa figura abstracta:
todo arena, sin un parral.
De mi libro “De sentires y sentires”. 2008 ISBN 978-987-556-229-5