La costa caribeña es signo de belleza,
tiene en su blanca arena, una arcana fineza.
Arrecifes magnánimos, con sus maravillosos
corales, son un hábitat de paisajes vistosos.
Los afrodescendientes, alegres salerosos,
con su gastronomía de platillos sabrosos.
Flora y fauna pletórica, donde lo ignoto priva,
y da paz al espíritu que en su esencia se aviva.
Las montañas doradas de sol son la grandeza
de una colosal gala, de tintes fantasiosos,
la costa caribeña deja el alma cautiva.
Es región adictiva,
donde nace la música y el amor por doquier,
disfrutarla es belleza convertida en placer.