Golpe de mar

Caldo de heroína

 

Regalaría la vida en ese muerdo, atragantado por tus flujos más salados.

 

Extraviada mi lengua entre tu entraña, incapaz de grito o aleteo, 

perecería en anóxico orgasmo este pellejo

 

que sólo para tí,

 

heredaría el motivo del consuelo.