Fue pasando el tiempo
Ayer me encontré una flor.
Que sin pensar la cogí
Y mirándome a los ojos me dijo que estaba, enamorada de mí
Yo me la lleve a mi casa
Para tenerla con migo
Para darle cada noche,
Amor caricias y abrigo.
Y la tuve en mi jardín regándola cada día,
Para que no le faltara ni un momento la alegría.
Las demás flores de mi jardín, aun que las cuidaba igual que a ella se sentían celosas de su hermosura. Se les notaba la envidia en sus ojos, en su amarga sonrisa y en la tristeza de su cara. Yo, sentía pena por ellas, pues a mí me parecía que les tenía el mismo cariño que a la nueva flor pero al parecer no Hera así.
Inconsciente mente, a la flor nueva la cuidaba, con mas ternura más cariño mas delicadeza, mas dulzura y más pasión que a las demás flores. Hasta que un día, si, un triste día, al levantarme por la mañana, la linda flor no estaba en mi jardín no, no estaba la busque por todas partes, la llame desesperado, como un loco la llame… sí, eso como un loco, pero no valió de nada, la flor no daba señales de vida, y su jardinera estaba vacía, y con lagrimas en los ojos.
Fue pasando el tiempo, mucho tiempo, y su recuerdo no se iba de mi mente la imagen de aquella maravillosa flor. La tenia siempre en mi pensamiento, por más que quisiera no podía olvidarme de ella, y…de pronto un día, miro para otro jardín cercano, y a allí, estaba ella si… ¡¡¡era ella!!! Increíble pero cierto, estaba en el jardín… de mi mejor amigo, como pero momo era ¡¡¡posible!!! Dios mío1!!! Pero si además estaba en una jardinera sin agua ni humedad, estaba casi seca, acaso no la regaba, acaso me había robado mi flor preferida a la que yo dedique mi vida y mi alma en cuidar, y ahora estaba abandonada y medio marchita por falta de cuidado. Me inundo una pena muy grande en mi corazón, y me sentí desolado al darme cuenta que no por tratar mejor a alguien o a algo, que tu amas con todas tus fuerzas sea suficiente para retenerla a tu lado.
Me quede mirándola a los ojos, y vi como brotaban lagrimas de tristeza, que resbalaban por sus aun hermosas mejillas. Di media vuelta para marcharme llorando yo también, cuando escuche su dulce voz decirme, - no por favor, no te vayas, llévame contigo por favor llévame-
Me volví como un relámpago, y… volé a su lado, y la arranque de su jardinera, como si en ello me fuese la vida, la apreté tanto contra mi pecho, que estuve a punto de introducirla en mi corazón, Pero en mi corazón ya hacía tiempo que estaba.
.Y me la lleve a mi casa para tenerla a mi vera para que no le faltaran a mor lluvia y primaveras.
Autor: Joaquín Méndez Gómez alias garrulo 29709/10
Pediros disculpas si notáis muchas faltas de ortografía. No soy un experto.