Sin más ciencia esta es la historia
de una sombra sola
que se ahoga entre renglones,
la de un labio sin un doble,
la del aire, el corazón
que en silencio se descompone.
Sigo haciendo del que sé
que bien parece
creyendo en un destino
más allá de esta cárcel
para mis flechas encendidas
y la luna que deslizan
silenciosamente sobre el valle
repleto de tu ausencia
enmudeciendo los detalles,
la gris cortina férrea
que jamás se apartará
ni aunque arranque a este animal
de su sueño una sorpresa
y me adore a mí la musa
otorgándome el azul
de su tez desnuda
en un aposento a oscuras
con la duda incluso aún.
Retengo cada noche el sol de mis psicosis
y vuelvo allí al rincón donde ya no me conoces
aunque pase por ti pronto
apurando el último rescoldo de un fuego abrasador
insomne en mi pasión
Corre el tiempo en nuestra contra
sin compasión
bajo este sol de hoy
que nos recuerda quienes somos
en el apogeo de su honor,
así esta flor recóndita,
este filo destructor
se hizo a mí sin cortes
un recuerdo muy valioso.
Una luna se dedujo
entre el gris de esas olas
ya rompiendo yo con alas
ya por ojos
y si desciende por su escala
contemplarla
ya será cosa de pocos.
Este suicidio se revoca
mientras tanto me debato
con la sangre en plena boca,
y si fracaso
solo recuerdo
que le pasen el relevo a otro.
Un suspiro entre la hojarasca,
un ataque de nostalgia
por cada paso dado sin pensármelo,
sin razonar que esta es la magia
que trae del cielo a los ángeles
e ilumina estas estatuas
vivas sobre el fango
de otro día aún igual
sin cortina que distraiga
la mirada de este caos.