Alfonso J Paredes
La chaqueta ya no me quiere
Tengo una chaqueta que ya no me quiere,
es una chaqueta con hombreras
que pesan de pura solera,
una chaqueta de vida mayestática
y colgada de un perchero que hiere.
Ya no la aguantan mis hombros,
ni cabe en mi cuerpo por sus mangas,
ya no me acompaña a asuntos célebres.
¿Por qué has empequeñecido en tan poco tiempo?
Querida chaqueta, que ya no me adecentas,
no me sirves nada más que para mirarte
y recordar aquellas noches de fiestas abyectas,
de bodorrios y cotillones te sustraes,
para acabar colgada de una percha.
Estás de hechura chica y estilizada,
ya no guardas pañuelos ni rosas en tu solapa,
sin bordados de oro y olvidada.
Ya no me dejas llevarte puesta,
aunque lo intento y, a momentos,
me embucho entre tu tela
hasta que veo que me asfixias
y me quedas las carnes prietas.
Tengo una chaqueta que me huye,
cuando la elijo para solemnes momentos
y engalanarme con prendas nobles,
para aparentar que de infanzón provengo,
cuando acudía a pomposas reuniones.
Querida y escondida chaqueta azul marino,
¿cuándo perdimos nuestra intimidad?,
no sé cuándo se acabó nuestro amorío,
ni nuestro repertorio de afinidad.
Tengo una chaqueta que ya no me quiere,
enamorada de un perchero viejo,
que al verla colgada me hiere
dejando atrás los remordimientos,
pasando a ser chaqueta de rancio abolengo.
Poem & Rhápsody ©2023
La fina piel de la cáscara
Alfonso J. Paredes.